jueves, 7 de julio de 2011

El regalo

Con cara de confundida cogió el pequeño sobre rojo que estaba bajo la puerta de su piso. Al entrar tiró las llaves y prendió la calefacción. Sin apuro se hizo un café, de grano, uno colombiano. No se lo bebió ya que sólo le gustaba el ritual de hacer café. Se sentó en su sillón rojo, su favorito. Se acomodó en él y con cara de confundida abrió el sobre, y un grito que podría haber roto cristales, salió por su boca.A la mañana siguiente Marta tomaba sol. Su mano izquierda tocaba la tibia arena blanca mientras que su otra mano sostenía una piña colada. Esta sí se la bebió.
(por Constanza Pendola)

No hay comentarios:

Publicar un comentario